Han pasado dos días desde que Rosina ha estado con Draco. Ella vio cómo la preparación para la guerra era más rápida de lo que esperaba, pero no quería que la guerra ocurriera.
—¿Qué debo hacer para evitar que la guerra suceda? —Rosina susurró y continuó caminando de un lado a otro mordiéndose las uñas. Estaba pensando en un plan que evitaría la guerra a toda costa.
—El Palacio quería tanto a la 13.ª manada, pero ¿y si simplemente la dejaran en paz? —Rosina murmuró con un siseo—. Pero entonces, se crearía un caos ya que hay dos Reyes.
—La opción segura era hacer que Pepe entregara la 13.ª manada. Entonces, todo estaría en su lugar, pero ¿qué pasaría con los lobos solitarios? —Rosina añadió y se puso las manos en la cintura.
—Podemos acogerlos. Después de todo, nosotros estaríamos liderando la 13.ª manada, ¿verdad? —Draco respondió al escuchar la última frase de Rosina.