—Marcus, ¿podemos vernos hoy? Es solo que necesito un poco de ayuda.
Marcus caminaba de un lado a otro en su oficina, golpeteando el extremo de su teléfono contra su palma. Fil había llamado hace más de quince minutos, pidiéndole ayuda. No le dijo los detalles ya que dijo que sería mucho mejor decirlo en persona. También le dijo que no se apurara si tenía reuniones importantes que atender.
Marcus siempre tenía mucho trabajo importante que hacer. Era el heredero de una corporación gigante.
—¿Por qué me llamó, sin embargo? —se preguntó, deteniéndose en su lugar—. Rara vez me llama.
Marcus miró su teléfono, sopesando sus opciones para su invitación. Si esto hubiera sido antes, no rechazaría su solicitud de plano. Pero le advertiría mucho que podría no llegar. Pero antes, solo le dijo, —Claro, antes de poder siquiera pensarlo.
—Tsk. ¿Qué me pasa? —Se rascó la sien con el borde redondo de su teléfono—. ¿Por qué accedí tan rápido?