La mañana siguiente Jazmín se despertó con un dolor de cabeza ensordecedor.
Presionó sus dedos contra su sien y se levantó muy lentamente en la cama.
Decidió salir a buscar alguna medicina que aliviara el dolor cuando vio su vestido de la noche anterior colgado en una silla en un rincón.
Y entonces los eventos de la noche pasada volvieron a su mente como un relámpago.
Sacudió su cabeza para forzarse a olvidar todo lo que había ocurrido.
Se levantó y salió de su habitación.
Loren ya estaba levantado mezclando pociones.
—Buenos días —murmuró mientras se dirigía a un estante donde encontraría algo de medicina.
—Buenos días para ti también —asintió él.
Ella continuó buscando un antídoto para su nuevo dolor de cabeza y apenas le escuchó saludarla.
—Alguien está de mal humor esta mañana —dijo él mientras leía su libro—. Deberías estar feliz. Es el día final y más importante del ritual.
Su cabeza latía más fuerte y luego presionó sus dedos contra su sien para suprimir el dolor.