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Chapter 3 - NOVIA FORZADA

—Nunca me habían llamado a la presencia del Alfa Bale. Ni una sola vez.

—Así que cuando Urma me despertó y me dijo que él había pedido verme, apenas podía creerlo.

—Ella me dio un poco de medicina para aliviar el dolor y un vestido nuevo para ponerme.

—Mientras caminaba por el pasillo con dos guardias a mi lado hacia la sala del trono a la que nunca había sido llamada, pero cuyos suelos frecuentemente había fregado, sentí que mi estómago se revolvía inquieto.

—¿De qué podría tratarse todo esto?

—¿Finalmente iban a matarme? ¿Estaba él listo para anunciar mi sentencia de muerte?

—Las puertas se abrían para mí, y lo vi.

—Luna María, Abel y Jessica estaban de pie a su lado con el consejero jefe de la manada.

—Un anciano Licano llamado Leman en sus sesenta años que había estado en la manada durante años.

—Mis ojos fueron directamente al hombre que me había engendrado. Quien supuestamente me había dado la vida, pero nunca me había reconocido como suya.

—Me estaba mirando a los ojos por primera vez en toda mi vida.

—Tragué saliva.

—Tus heridas", él dijo. "¿Son visibles?"

—Parpadeé confundida.

—¿Era esta la razón por la que me había llamado? ¿Para preguntar sobre mis heridas?

—No estoy segura su majestad", dije inclinando mi cabeza hacia abajo.

—Alfa Bale asintió a Leman y Leman se acercó a mí.

—Date la vuelta chica", el anciano instruyó. Hice lo que me dijo y entonces sentí su mano deshacer los lazos en mi espalda.

—Dé un grito, pero él me sujetó. "¡Quédate quieta chica!"

—Me helé, mi corazón latía acelerado.

—¿Qué intentaba hacer?

—¿Humillarme aún más?

—Entonces sentí mi vestido abrirse por la espalda, pero sin revelar debajo de mi cintura y me tensé.

—Podría hacerlo por ti", Abel le ofreció a Leman.

—Sentí que todo mi cuerpo se enfriaba.

—Sabía lo que Abel podía hacer.

—Innumerables veces, Abel, quien era el primer hijo legítimo del Alfa Bale y también mi hermanastro, había intentado forzarse sobre mí.

—Me miraba con lujuria mientras trabajaba, y lo único que podía hacer era ignorarlo.

—Una vez estaba limpiando su habitación cuando él entró de golpe y me rasgó el vestido.

—Logré huir de la habitación y desde entonces lo evité siempre.

—Él tenía casi la misma edad que yo y también tenía la misma actitud que Jessica, excepto que él codiciaba mi cuerpo.

—Nadie sabía, y aunque lo supieran, no se haría nada al respecto.

—Deja que Leman lo haga", Alfa Bale dijo.

—Hubo silencio cuando mi espalda estaba totalmente vista.

—Dioses", Alfa Bale dijo. "¿Por qué no se cura?"

—Ella es una Latente. No puede transformarse", Leman respondió.

—Dioses", escuché decir irritado a Alfa Bale. "Tráiganme a Urma".

—Escuché algunos pasos alejarse y supe que algunos guardias habían ido a cumplir sus órdenes.

—Sentí mi corazón romperse. A él ni siquiera le había importado saber acerca de mí. ¿Cómo me había ido? ¿Sabía él siquiera cuántos años tenía? ¿Sabía algo de mí en absoluto?

—A pesar de que había vivido en la manada durante diecinueve buenos años.

—Podía sentir el asco que todos sentían hacia mí por lo que yo era.

—Debí haberme transformado cuando tenía dieciséis, pero hasta hoy no lo había hecho.

—No era solo una loba latente, sino una marginada.

—¿Cuántos años tiene?" preguntó Alfa Bale.

Al igual que Luna María, me consideraba como si ni siquiera estuviera presente.

Leman se volvió hacia mí.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó.

—Diecinueve —respondí.

—Tiene diecinueve años —repitió él.

—¿Pueden curarse? ¿Rápidamente? ¿Sus heridas? —preguntó Alfa Bale.

Sentí la mano de Leman sobre mi espalda.

Me estremecí, quería sacármelas de encima pero no podía.

—Parece que ha habido rastros de curación —dijo Leman—. Urma debe haber usado su sangre en su espalda.

Se abrieron las puertas y escuché la voz de Urma.

—¿Me llamasteis?

Ella ni siquiera le llamaba por su título.

—La niña. Es una latente. ¿Por qué? —le preguntó.

—No es una latente —respondió Urma—. Su lobo solo está tomando su tiempo para-

—¡Diosa! ¿Cómo pude haber engendrado algo que ni siquiera puede transformarse? ¿Cuánto más vergüenza puede ser ella? ¡Miren la cicatriz! —El Alfa Bale estalló.

Sentí que las lágrimas me quemaban los ojos.

No había sentido desamor antes. Ni una sola vez y esta era mi primera. Venía de mi padre.

—Jazmín es una niña especial —ella dijo acercándose a mí y a Leman—. Sobrevivió a pesar de que nació prematuramente. No creo que nadie que conozcas pudiera hacer eso.

Sentí que estaba haciendo referencia a su esposa y los niños.

Ella le espetó a Leman.

—Si ya has terminado tus exámenes me gustaría cubrirla.

Él no respondió y ella me ató el vestido de nuevo y me tomó de la mano.

—Si ni siquiera puede transformarse, entonces ¿qué dirían Xaden y los otros miembros de la manada? —preguntó mi padre.

¿Xaden? ¿Otros miembros de la manada? ¿De qué estaba hablando?

—¡Papá, esto es un desastre! —Jessica arrugó su rostro—. ¡Se supone que me voy a casar con Dean! ¿Cómo voy a casarme con él cuando todos piensan que ella soy yo! ¡Solo miren lo fea que es!

—¿Todos piensan que voy a ser ella? ¿Qué estaba pasando?

—No habrá boda —dijo mi padre—. Dean ha estado desaparecido desde la batalla. Lo perdí durante toda la pelea con Xaden.

—¿Qué?! —gritó Jessica.

Ella estalló en lágrimas.

Estaba perdida en un laberinto. Nada de lo que decían tenía sentido.

¿Xaden? ¿Quién era Xaden?

—No tenemos tiempo —dijo Alfa Bale—. Urma tú usaste tu sangre en ella. Merece un castigo ya que es contrario a nuestra ley curar a un lobo Latente.

—Un lobo latente, según vuestra ley, debería ser desterrado —le dijo Urma.

Paniqué. ¿Qué estaba diciendo? ¿Quería que me desterraran?

Observé el contacto visual tenso lleno de tensión entre ellos.

Urma no tenía derecho ni siquiera a discutir con el Alfa, ¿pero él no hacía nada?

¿Qué poder tenía realmente sobre él?

—No habrá necesidad de castigos —dijo él—. Vístela y prepárala. Ellos estarán aquí esta noche. María dará todo lo que pueda.

¿Vestir a quién? ¿A mí?

—Quiero que me lo digas tú mismo, Alfa —exigió Urma—. ¿Por qué se están haciendo estos arreglos? He oído los rumores, pero tienes que decírmelo tú.

Nunca había visto a nadie hablarle de la manera en que Urma lo hizo.

Su rostro estaba sombrío, parecía furioso, pero dijo —Perdimos la batalla. Xaden, el consejo de Lobos y su ejército estarán aquí. Xaden tomará a Jazmín como su premio.

Dé una sacudida.

¿Xaden me tomaría como su premio?

¿Qué batalla habíamos perdido?

¿Qué estaba pasando?

—Ponla a punto. Su futuro esposo no querrá ser dejado esperando —dijo él.