—¡Tierra a la vista! —Eso fue lo que la despertó del sueño.
Se levantó de un salto en su cama y por un corto tiempo estuvo confundida sobre dónde estaba y lentamente todo comenzó a cobrar sentido.
Estaba en un barco siendo enviada de vuelta a la manada de Luz de luna y luego recordó los eventos de la noche anterior preguntándose si todo había sido un sueño.
Se rascó el cabello y entonces vio que había un pelaje muy, muy grande a su lado literalmente del tamaño de la cama.
Dio un salto y vio que era Kire.
—Kire —dijo ella.
El lobo se despertó y la miró, luego ella sonrió y le acarició el pelaje.
Fue cuando él comenzó a levantarse, porque había estado descansando, que se dio cuenta de que había crecido de verdad, tal como Erik había dicho.
Ella estaba sorprendida de lo enorme y masivo que era.
Su cabeza incluso golpeó el techo de la cabina.
Aulló de dolor y ella lo calmó suavemente.
—Lo siento mucho por eso —dijo ella—. Intenta mantener tu cabeza abajo.