Ella tomó una copa de vino y dio un sorbo.
Luego recuperó el aliento de nuevo y continuó hablando.
—Me envió a un asesino del desierto tras de mí.
—¿El que atacó a Xaden? —preguntó Erik.
—No. Ese fue alguien más. No tengo idea de quién envió a esa mujer. Pero mi padre envió al asesino del desierto masculino. El asesino vino directamente a demandar por qué no había enviado noticias a mi padre a través de nuestras líneas. Pero yo soy inmutable y por lo tanto no puedo enviarle noticias. Entonces regresó al día siguiente y me dio una lechuza mensajera. La que viste. Me instruyó que enviara comentarios sobre lo que estaba pasando en la manada o sería asesinada.
—Él no habría hecho nada —dijo Erik.