Las manos de Jazmín empezaron a temblar de debilidad y culpa.
Qué todo esto hubiera salido de esta manera.
Alguna de esa información ni siquiera era cierta.
No de la manera en que ella la hubiera expresado al menos.
Y la revelación de que él había querido hacerla su amante era lo último que hubiera esperado.
Ella sabía que estaba enamorada de él.
No había duda de eso.
Pero de Xaden había oído que no sentía mucho por las mujeres.
El sexo era estrictamente todo lo que le brindaba y eso era placer.
¿Pero aquí estaba él ahora diciéndole que había querido que ella fuera su propia amante?
Sintió su cabeza dar vueltas.
—Iba a darte todo —dijo él y su corazón se rompió.
Cuando vio su rostro sintió que cada parte de ella se desmoronaba en pedazos absolutos.
Había perdido a su madre, la misma mujer que lo había salvado de la muerte y contra todo pronóstico lo había devuelto a la vida.
Ella había sido su familia después de que él había visto a todos los que amaba ser asesinados.