—Continuaron el viaje durante más de dos semanas —comentó Xaden en su punto de vista.
—Los hombres estaban todos cansados y exhaustos, pero tenían que seguir adelante.
—Hasta ahora solo quedaban once hombres porque habían sido atacados con frecuencia por las bestias salvajes que conducían a la isla de los licántropos.
—Su provisión de alimentos se estaba agotando y los días comenzaban a convertirse en un año.
—Mientras tanto, Xaden ahora comenzaba a sentir seriamente el efecto de las heridas de puñalada de Jazmín.
—La mayoría del tiempo sentía que el dolor comenzaba a carcomerlo, pero lo suprimía y pretendía estar bien.
—Ocurrió como una broma al principio con solo dolores leves y luego usaba su lobo para suprimir el dolor y entonces disminuía —continuaba, recordando aquellos momentos.
—Cuando cualquiera de los hombres en la manada se volvía a mirarlo —narraba—. Él fingía una sonrisa y suprimía sus dolores.
—Erik lo vio un día apoyado en una roca y sosteniendo su costado.