PUNTO DE VISTA DE JESSICA
Jessica entró en su habitación después de un día de trabajo.
Suspiró de manera exasperante y luego se tumbó en la mísera cama.
Era dura, recta y fea.
¡Cómo extrañaba su antigua habitación y su blanda cama!
Extrañaba el placer de ser una princesa y cómo la trataban sus padres.
¡Cómo incluso los esclavos estaban bajo su control!
¡Cómo todos eran forzados a hacer lo que ella quisiera! Cómo se salía con la suya porque era la hija del Alfa Bale.
Pero desde que fueron atacados había sido forzada a vivir una vida tan miserable.
Había sido forzada a fingir ser una esclava.
Cuando su madre le dijo que iban a esconderse, ella perdió el control.
—¿¡Qué!? —exigió Jessica.
—Cariño. Mi querida lobita princesa, solo será por un poco de tiempo —le murmuró su madre, tocando su pelo y calmando.
—¿¡Y convertirme en qué, una fugitiva en la manada de mi propio padre!? —exigió ella con ira.