Jazmín lo miró sin expresión.
—¿Necesitaría de ella más tarde en la noche?
Ella simplemente lo miró atónita por sus palabras.
Y luego él depositó más besos en su cuello y ella echó la cabeza hacia atrás de placer al sentir su tacto.
Entonces él le sujetó la cara y la miró a los ojos.
Ella lo miró y todo en lo que podía pensar era en todas las cosas que sentía por este hombre.
Ese hombre que la odiaba con todo su ser y sin embargo, cada vez que estaban juntos, creaban magia.
Él le colocó su cabello detrás de las orejas tiernamente.
—¿Qué era este sentimiento que él mismo estaba sintiendo?
No lo entendía.
No tenía corazón y sabía que sus emociones eran limitadas.
Pero después de su demostración de acción con su tío y todos en el salón comedor, no podía negar el hecho de que se preocupaba por ella.
No quería que nada malo le sucediera y eso le aterraba.
Pero aún así, no podía admitirlo.
Había algo en ello cuando se apareaba con ella. Algo que no entendía.