—Xaden no hará nada —dijo Bale—. Nunca lo sabrá, por eso tenemos que ser cuidadosos. Necesitas calmarte.
María se levantó de un salto.
—¿Cómo puedo estar tranquila? ¡Todo lo que sé, todo lo que he tenido ha sido cambiado y arrebatado por él! ¡Vi a ese monstruo! ¡Matar a mi hijo mientras tú no hacías nada! —dijo y su cuerpo comenzó a temblar ansiosamente.
—¿Qué he hecho para merecer esto? ¡Deseo saber qué he hecho mal para que algo así me ocurra! —continuó delirando.
Y se abrazó a sí misma mientras lloraba.
Bale se puso de pie y la envolvió con sus brazos.
—Superaremos esto —la aseguró.
Ella se liberó de su agarre.
—¿Cómo? ¿Cuándo? —exigió—. ¿Cuándo superaremos esto? ¡Fue tu culpa! Deberías haber dejado la manada Creciente, ¡nunca deberías haberlos matado! ¡Mira dónde estamos ahora!
