Una vez Jazmín escuchó a Xaden decir:
—Déjennos solos.
Sintió su corazón saltar a su boca.
Se mantuvo pequeña en ansiedad, con los ojos bajos obligados a mirar sus pies en sumisión.
Escuchó a los guardias caminar hacia la puerta y cuando la escuchó cerrarse con un golpe saltó, sabiendo que finalmente estaba sola con él.
Fue en este momento que su corazón comenzó a latir frenéticamente.
La profunda cortada en su brazo que había aparecido de repente cuando la estaban trayendo a la habitación aún sangraba.
Sintió el dolor y tuvo que poner su mano sobre él para aliviar el sufrimiento.
No sabía cómo había sucedido, pero solo había sido un dolor atroz y luego había visto como una marca invisible cortaba profundamente en su brazo.
Los guardias no lo habían visto suceder, así que lo ignoraron y le dijeron que no importaba lo que intentara fingir, igual sería llevada ante el Alfa Xaden.
Ni siquiera le habían permitido detenerse para vendar o limpiar la herida.