La boca de Jazmín se abrió cuando percibió lo que estaba ocurriendo.
La Princesa Cherry gemía de placer y suplicaba, jadeando por más mientras el Rey seguía gruñendo y dándole duro.
—¡Sí! ¡Pégamelo así! —decía mientras gemía.
Él seguía gruñendo mientras la empujaba más y más fuerte.
Jazmín sentía que no debería estar allí.
No debía estar presenciando esto, pero aún así no podía hacerse a la idea de dejar la habitación.
—¡Fóllame mejor que a mi hermana! —Cherry dijo, gruñendo mientras él seguía metiéndosela y sacándosela.
El rostro de Jazmín se puso blanco del absoluto shock de sus palabras.
¿Cómo podía decir tal cosa y cómo podría la Reina, que no era más que bondad con todos, tener que lidiar con eso?
La princesa estaba mencionando abiertamente que sabía que estaba acostándose con el esposo de su hermana.
Y el Rey no hacía otra cosa que obedecer sus órdenes.
Jazmín sintió la rabia hervir dentro de ella.
La Reina no se merecía esto.