—Acabo de llamar a Damian. Está en camino —dijo Erik y luego lo miró a Xaden—. Sigues en pelotas.
—Mi culo al aire es lo de menos. Tengo a un asesino del desierto muerto en mi baño —dijo Xaden.
—No puede ser tan malo —dijo Erik—. Podrías haber muerto. Pero no lo hice.
—Sí, no me pasó nada y tú viniste a salvarme innecesariamente —dijo Xaden—. Apenas si le hiciste algo a ella. Si es que le hiciste algo.
—Pero al menos interrumpí tu asesinato —dijo Erik.
—Una hoja no me matará —dijo Xaden. Entonces le vino a la mente a Xaden.
Se dio vuelta para enfrentarse a Erik pero él ya había salido del baño.
Xaden lo siguió.
—¿Cómo llegaste justo a tiempo? —Xaden preguntó con sospecha—. Entraste como si supieras que algo malo me iba a pasar.
—Claro que sí. Soy tu gamma, tenemos telepatía —bromeó Erik mientras tomaba una bata y se la pasaba a Xaden.
Xaden la arrebató y rodó los ojos. —Habla en serio.
Y luego se la puso.