—Gracias, estoy en deuda contigo, Liliana. Vamos a casa. Lo siento, tenemos que parar antes de tiempo —Alice levanta al chico y se mueve lentamente.
—De acuerdo, cargaré esto y después nos vamos —dijo Adam. Él guía el camino. Llegan al vehículo y Adam hace lo que dijo que haría.
Yuki abrió la puerta y permitió que Alice y su compañero entraran. —Así como tú tienes un invitado, yo tengo uno herido. Alice encontró a su compañero, pero fue herido por un renegado. Curé las heridas lo mejor que pude con mi sangre.
—Está bien. Tendré una habitación lista para él y Alice. Ella podrá curarlo un poco, pero no es una bruja, mago o brujo —Cedric miró el sofá vacío en la sala—. Qué desastre —continúa fumando mientras saca su teléfono—. Royce, puedes venir a la casa. Solo necesito una habitación abierta para Alice y su compañero. Puede que necesite a Rosa e Iris de reserva —escuchando la respuesta, mira hacia la entrada.