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Yuki se quedó quieta mientras su mundo giraba después de esa deliciosa ronda de sexo. Se relajó en el sofá pero no se movió del cuerpo de su amante. Después de recuperar su aliento, finalmente habló —Creo que me doy cuenta de que querías mantenerme al límite. No sabía que podía correrme así.
—Hay muchas formas de correrte —Cedric se retiró y vio cómo su esperma se derramaba de su coño. Se recostó en los cojines y la arrastró hacia él. La atrajo hacia su abrazo. Rodeando su cuerpo con sus brazos, Cedric desata la venda —Verte con los ojos vendados con mi corbata es tan sexy.
Yuki parpadeó un par de veces, tratando de ajustarse a la luz de la habitación antes de mirar su rostro sonriente. Levantó la mano y tocó su mejilla. Yuki se inclinó hacia adelante y le plantó un beso casto en los labios. Antes de que pudiera retirarse, Cedric la atrajo y la besó más profundamente. Yuki gime a través del beso y agarra su camisa.