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—Simplemente no entiendo por qué me odia tanto. Nunca le hice nada hasta que ella empezó a atacarme, lo cual por cierto odio. Nunca volveré a quererla, y ni siquiera sé si podré perdonarla... —Yuki mira el dardo en la pared.
—Esa es la cuestión, Princesa. Nadie lo sabe realmente. Creo que a la larga se reduce al hecho de que no se me permite ser feliz. Como soy feliz contigo, especialmente en el pasado, parece pensar que no te pueden persuadir para que hagas su voluntad, pero Liliana parece ser más débil, y quiere usar eso para controlarme y mantenerse en posición de poder. Eso se lo quitaré, pero deberías decir que no sabes qué va a pasar.
—Royce coloca el dardo en una maleta y mira todos los dardos dentro de ella. —Señor, solo nos falta uno ahora. Creo que una vez los recuperemos todos, entonces será seguro una vez más. —Cierra rápidamente la maleta y se cierra con llave.