Cedric observó cómo Claude tomaba un puñado de los chocolates y se los metía en la boca. Comenzó a masticar y luego luchó por tragarlos. Se levantó y corrió hacia la nevera, agarró la leche y empezó a beberla a grandes tragos. Después de terminar se giró y se acercó a Cedric.
—Eres un imbécil. ¿¡Quién coño hace chocolates picantes con pimienta!? —agarró el frente de su camisa.
Yuki se movió tan rápido y enterró sus uñas en las muñecas de Claude sin pensar hasta que el olor de la sangre la golpeó. Se soltó y se lamió los dedos.
—Mierda, olvidé que el lazo de vampiro la impulsaría a protegerte. No me lastimaste —Claude bajó sus manos para que Yuki no lo tomara como una amenaza.
—Tendré que encontrar otras maneras de enfrentarte para que Yuki no se involucre; aunque todavía tengo el lazo del Amo sobre ella. No lo deshice. Tu reacción fue impagable —Cedric empezó a reír.
Yuki escogió una caja mixta y se la entregó a Claude.