—Ha sido difícil alimentarse aquí abajo. ¿Por qué no me das la tuya? Tu sangre es un manjar poco común —Gerald le lanza a Yuki la mirada de que se muere por beberse toda su sangre.
—No compartiré mi sangre con alguien como tú. Eres inútil para mí. Cedric puede tener mi sangre, pero tú no —ella mete su mano donde está su corazón y envuelve sus dedos alrededor de él—. Al menos tu corazón aún palpita en mi mano. Tío Gerald, ¿dónde está Tía Susan o fue Carol?
—Sabes que nunca me importó ninguna de esas perras. Solo necesitaba una fachada para poder hacer lo que quisiera en las sombras y esa es una de las razones por las que creé este culto. Algo para disfrutar cuando no tengo que estar con ninguna de mis esposas. Mientras esperaba que hicieras tu aparición —Gerald se encoge de dolor y puede sentir la mano de Yuki sobre su corazón.