—Gracias. Eso es todo lo que puedo pedir. Que no me rechaces. Me alegra que estés dispuesto a dejarme quedarme cerca, pero ¿se sentirá igual Hermano Mayor?
—Tendrá que aguantarse. Yo soy tu creadora y eso es un hecho indiscutible, para su disgusto, pero él también es mi Amo ya que técnicamente me compró en una subasta de esclavos. Aun así, lucharé por ti. Ven conmigo —Yuki le extiende la mano a Naomi y las dos se dirigen a la cocina.
Cedric llamó a la siguiente chica y estaba empezando a impacientarse. El teléfono no paraba de sonar y sonar.
Finalmente, la voz de una chica se escuchó:
—¡Son las dos de la mañana aquí! ¿Qué quieres?
—¿Ah, sí? ¿Crees que me importa la hora que sea para ti? Quiero que estés en mi lugar, no esta noche, sino el próximo jueves por la tarde ¡y más te vale estar lista! —Cedric colgó el teléfono y miró fijamente la pared.
