—Es un precio que estaba dispuesto a pagar. Ahora es mía y solo mía. Nadie debería ser tratado de esa manera. Por eso la salvé y le quité esa marca en su cuerpo. Qué marcas y sellos tan sucios —Yuki mira hacia abajo con su rostro lleno de disgusto.
—Está bien, lo sé. Cuando necesites mi ayuda estaré ahí para ti. Sé que no necesitas mi ayuda pero igual te la ofrezco, mi Cariño —Cedric sonríe y toca su mejilla.
Yuki sonríe y escucha como el latido del corazón frente a ella se detiene lentamente y el cuerpo se convierte en polvo. —Felicidades, ahora eres un vampiro convertido. ¿Sabes a quién acabas de matar?
—A mi padre. No sentía más que amargo resentimiento por lo que me hizo. Ni siquiera consideraría a esta cosa mi padre —Naomi mira el polvo—. Tú mataste a mi madre y a mi hermanito, ¿correcto?
—Mmmmmmm, ese bebé no era tu hermano. Era demasiado joven pero sé dónde está —Yuki se lamió los labios y su expresión era de deseo.