—Sí, coge lo que quieras y yo lo pagaré todo —Cedric la dejó vagar. Él miraba las carteras pero no agarró nada.
Yuki se separó de él y comenzó a mirar los bolsos. —Hay tantos diferentes aquí. Me gusta que haya tantos diseños distintos —Extendió la mano y tocó un bolso negro cuando una mujer mayor salió.
—Eres tan antigua como el viento. Hay muchos artículos que combinarían contigo pero no aquí al frente. Por favor, sígueme —La anciana se giró y guió a Yuki hacia el cuarto trasero.
Yuki, curiosa por lo que la señora quería decir, decidió seguirla. Una vez entró al cuarto trasero, no pudo evitar exclamar. —¡Oh, cielos! Estos son increíbles —Extendió la mano y tocó un bolso.