Cedric la apartó de la habitación lo más rápido posible y la llevó al comedor como si nada hubiese sucedido. Le retiró la silla para que ella se sentara y luego se sentó a su lado.
Claude estaba en la mesa con Séphira. —Podía escuchar eso. ¿Te divertiste? —levantó una ceja al atuendo que llevaba puesto Cedric.
Séphira miró a Yuki y sonrió:
—¿Estás bien, Yuki?
—Estoy fabulosa. Me encanta torturar a quienes lo merecen —Yuki tocó el vaso que estaba frente a ella.
—Ah, sí. Bueno, no había mucha elección y además todo esto fue idea de Yuki creo que disfrutó plenamente —Cedric se sentó y miró su ropa por un instante fugaz.
—No te escuché quejarte. ¿No fue divertido mirar? —Yuki se incorporó y observó atentamente la reacción de Cedric.
—Definitivamente no me quejé. Pensé que fue divertido. Pude ver cuánto te importo. No todos los días tengo la oportunidad de verte matar a alguien —Cedric tomó una galleta y comenzó a comerla.