—En serio podría usar esto en su contra. Me alegra que no recuerde, Yuki. Esa chica era jodidamente aterradora. Tuve miedo desde el momento en que la conocí pero esta es tan cariño. Creo que será seguro ayudarla —Claudia miró a Yuki y sacó su teléfono—. Tengo otra tarea que me gustaría que hicieras. Parece que Cedric, mi sobrino, tiene una compañera unida y está buscando una guardaespaldas femenina. Quiero que solicites el puesto —cerró su teléfono—. He enviado un mensaje a la persona que conozco. Serías una gran elección para ti, Liliana.
—Oh, eh, gracias, pero realmente no tenías que hacer eso —Yuki miró a Cedric que estaba pensando en algo.
—Vale, ya que contactaste a alguien los probaré y si me causan algún problema tendrás otro cadáver en tu puerta —Cedric extendió su mano hacia Yuki—. Por muy divertido que haya sido tengo una reserva a la que necesitamos ir.
