—Lo siento. No estaba seguro porque tú trabajabas tanto de día como de noche y hay algunos humanos que pueden hacer eso. Fue solo esta semana cuando me di cuenta de que tú también eras un ser sobrenatural. Por favor perdóname, Michelle —Janet se inclinó ante él y esperó su respuesta.
—No, está bastante bien. Necesitas hacer lo que tengas que hacer. Sé que eres una trabajadora incansable y nunca dudé que serías un buen activo para mi equipo —Michelle extendió la mano y le dio una palmadita en la cabeza a Janet—. Por favor, cuida bien de ella. Me iré para que puedas ayudarla a cambiarse —Michelle salió de la habitación—. Cedric, tienes una suerte de oro.
—Me gustaría pensar que soy afortunado, pero debes saber que con la suerte vienen problemas. Gracias por ayudar a Yuki. Voy a devolverle la memoria cuando lleguemos al coche. Llamé a Royce para que nos recogiera en una hora —Cedric miró a Michelle y ni se molestó en preguntar sobre el vestido—. ¿Qué opinas de Janet, tu trabajadora?
