—No te preocupes. Quiero que ella vea a la gente en la que confío —Cedric susurró de vuelta y se acercó a la bolsa de traje y una vez que la puerta se cerró abrió la bolsa y se quitó la ropa que llevaba puesta. Rápidamente se deshizo de la ropa para vestirse con un traje azul marino oscuro que casi parecía negro. La camisa del traje era de color gris. La corbata que acompañaba al traje hacía juego con el encaje rojo del vestido de Yuki. Después de abrocharse los puños, abrió la puerta.
—¡Maravilloso! Te ves justo como pensé que lo harías. Pasé todos los vestidos a tu mayordomo y lo envié a llevarlos a casa y cargué todo a tu cuenta como de costumbre —Michelle aplaudió y sonrió.
—Gracias, volveré en unas horas. Hay algo que necesito hacer —le dio a Michelle una mirada que implicaba que quería que ella cuidara a su chica.