—S-si quisiera a alguien más... nunca habría firmado ese documento. D-de verdad lo amo. Lo siento, por causarte tantos problemas —Sylvie mantuvo el llanto.
—No te preocupes, veré qué puedo hacer para meterle algo de cordura y hacer que se haga responsable del niño que está creciendo dentro de tu vientre. ¿Por qué no vas y te relajas en mi habitación? Estaré bien sola por un momento —Claudia ayudó a Sylvie a levantarse del suelo.
Sylvie se levantó y caminó temblorosa hacia la habitación y una vez que se acostó en la cama y cerró la puerta, sacó su teléfono. —¿Estás seguro de que todo estará bien?