Cedric atrapó a Yuki. —¿No sentiste que no era humano, mi dulce? —No le dio tiempo a responder antes de besarla tan apasionadamente que sus piernas flaquearon. Cedric la levantó y la acostó en la cama. Chasqueó los dedos y un paño de seda satinada ató sus muñecas juntas y a la cabecera de la cama. —No te preocupes, te mantendré segura. —Deslizó su mano bajo el vestido y lo subió para exponer sus bragas. Recorrió con sus manos los costados de sus piernas quitándole las bragas. Cada pequeño roce hacía gemir a Yuki. Cedric se sentó, se quitó los calcetines y los boxers. —Vamos a jugar antes de que me dé el gusto con mi premio. —Beso su muslo por dentro dejando montones de pequeños chupetones, marcándola como su territorio. Hizo lo mismo con el otro muslo y luego deslizó un dedo en su coño y lamió su clítoris. Mientras su aliento soplaba sobre su coño, dijo —Yuki sabes a lo más dulce de todos los dulces que he probado. No puedo contener mi deseo por ti. —Dejó de jugar con ella y llevó su pene a su coño y lo empujó dentro de ella. Los gemidos de Yuki y los movimientos rítmicos de Cedric era todo lo que se podía escuchar. Cedric embistió a Yuki fuerte y rápido, pero luego redujo la velocidad y le dio un beso muy caliente y apasionado. Su lengua trazó el interior de su boca y de su lengua. El ritmo más lento hizo que Yuki tuviera un orgasmo por primera vez. Su cuerpo temblaba por la intensidad con la que había eyaculado, pero no intentaba escapar. —Buena chica Yuki. Corriéndote para tu Amo —Cedric susurró en su oído—. Ahora te voy a dar la recompensa de mi esperma. —Cedric volvió a aumentar la velocidad de sus embestidas. Empujando con fuerza.
—Ahhh. Mmmm. Amo, los sonidos que hago son extraños —Yuki trata de hablar entre sus gemidos y jadeos por aire. Ya no puede concentrarse en formar palabras y su mente queda en blanco por el placer. Ella tiene un segundo orgasmo.
—Yuki —Cedric susurró y finalmente eyaculó profundamente dentro de ella llenándola con el cremoso esperma justo cuando ella llega al clímax otra vez. Cedric se baja de Yuki y desata sus manos. Se acuesta a su lado y envuelve sus brazos alrededor del esbelto cuerpo de ella deslizándola a la posición perfecta para acurrucarse. 'Su cuerpo es del tamaño perfecto para sostener en mis brazos.' Beso la parte superior de la cabeza de Yuki. —Imagino que estás bastante cansada. Descansemos y hablaremos más por la tarde.
Yuki se relajó con el tacto de Cedric y lo dejó moverla a la posición para acurrucarse sin decir mucho. Se quedó tan calmada y relaxada que empezó a cabecear. —Sí, Amo. Trata de tener un buen sueño —dijo antes de que el sueño la venciera y su mente quedara en silencio.
Cedric mira hacia abajo hacia ella. —Debe ser difícil para ella luchar contra su reloj interno. Tendré que recordar que no podrá permanecer despierta como una persona normal, pero de todos modos, yo no soy normal. Mi sangre será adictiva para ella debido a los poderes que contiene —Cedric chasqueó los dedos y una manta que estaba doblada en el armario voló y cubrió sus cuerpos. Cedric bostezó—. Debo estar cansado de haberle dado mi sangre a Yuki. Normalmente solo puedo dormir cada pocos días y dormí ayer. En fin, no tiene caso preocuparse por pequeños detalles. Solo dormiré lo que necesite —Con Yuki en sus brazos, Cedric se durmió.
Yuki despertó en cuanto cayó el crepúsculo. Intentó girarse para enfrentar a su Amo, pero sus brazos la rodeaban bastante fuerte. —Buenos días, Amo —dijo Yuki mientras se acurrucaba más cerca de su cuerpo—. Nunca se había sentido tan cómoda en su vida. Los brazos de Cedric se ajustaron un poco mientras él seguía en estado de sueño. Yuki, incapaz de liberarse, miró el rostro dormido de Cedric—. Es realmente guapo. Tengo mucha suerte de haberlo conseguido como mi amo.
Cedric comenzó a moverse. —Mmmmm —Parpadeó unas cuantas veces y miró a los ojos de Yuki—. Buenos días, Yuki. ¿Dormiste bien? —dijo mientras la liberaba de su fuerte abrazo—. La mejor manera de despertar es con una mujer sumisa en tus brazos.
—Buenos días, Amo Cedric. Dormí magníficamente. Hacía mucho tiempo que no dormía tan profundamente. ¿Tu sueño fue placentero? —Yuki se había girado para poder enfrentarse a Cedric en lugar de solo girar la cabeza para mirarlo.