Por supuesto, los subordinados de Xiao Tian todavía no habían captado sus palabras.
—¿Qué quiere decir? —Sus subordinados intercambiaron miradas entre ellos.
Xiao Tian desvió su mirada de sus subordinados a Mu Huo —Mu Huo, ábrelo.
Mu Huo no perdió tiempo y abrió de inmediato la enorme caja de madera. Como antes, los subordinados de Xiao Tian todavía no entendían nada.
Sabían que la caja de madera estaba llena de pociones, pero precisamente por esta razón no entendían aún más las palabras de Xiao Tian.
—Jefe, ¿quiere jugar a doctores y pacientes con nosotros? —Uno de los subordinados de Xiao Tian de repente dijo algo inesperado.
—¡Oh! ¿Es eso cierto, jefe? —otro miembro de la Pandilla Loto Azul de Hielo exclamó.
—Nunca he jugado a doctores y pacientes antes, pero no me molesta si el jefe quiere hacerlo conmigo —otro miembro de la Pandilla Loto Azul de Hielo agregó.
La comisura de los labios de Xiao Tian se retorció al escuchar eso.
—¡Pfftt! —una carcajada reprimida estalló.
