Feng Yu no esperaba que su madre fuera a casa con Xiao Tian. Por supuesto, ella sabía lo que había pasado entre ellos.
—Hace mucho que no te veo, Feng Yu —por su expresión, Xiao Tian supo que estaba sorprendida—. ¿Tu madre es la que me invitó a tu casa?
—¿En serio? —después de decir eso, Feng Yu giró la cabeza hacia su madre—. ¿Lo invitaste?
—Sí —Lin Xing Xue respondió asintiendo con la cabeza—. Yu'er, por favor no seas grosera con él.
Lin Xing Xue temía que Xiao Tian se fuera inmediatamente si su hija lo trataba con rudeza.
—Está bien —aunque Feng Yu todavía no le tenía simpatía a Xiao Tian, intentaría por todos los medios no ser grosera con él porque su madre se lo había pedido.
Lin Xing Xue estaba contenta de que su hija la escuchara. Como antes, agarró la mano derecha de Xiao Tian y dijo:
—Tian, vamos a la sala de estar.
Cuando Lin Xing Xue lo arrastraba hacia la sala de estar, Xiao Tian miraba a Feng Yu porque quería conocer su reacción.
