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La comisura de sus labios se contrajo al escuchar las palabras de Lan Ruoxi. Como ella había dicho algo así, Xiao Tian decidió seguirle el juego. —Ruoxi, mi amor. ¿No dijiste que también te gusta tener sexo conmigo? Incluso dijiste que soy el más hábil y la primera persona en satisfacerte en la cama.
Bai Wenliang le devolvió la mirada a Lan Ruoxi y preguntó:
—¿Qué? ¿Dijiste algo así?
En ese momento, Lan Ruoxi quería negarlo, pero no tenía idea de cómo hacerlo. Estaba segura de que cualquier cosa que dijera, Xiao Tian tendría una réplica para ello.
Aunque sabía que Xiao Tian era un mujeriego, no esperaba que también fuese tan sinvergüenza. Incluso dijo algo así con cara de póquer como si fuera algo normal. De repente, Lan Ruoxi pensó que había cometido un error.
Como Lan Ruoxi seguía en silencio, Bai Wenliang creyó que lo que Xiao Tian acababa de decir era la verdad. —No esperaba que tú también fueras una pervertida, Ruoxi.
