—Dor... —El sonido de alguien disparando un arma retumbó por todo el área.
Xiao Tian detuvo instantáneamente sus pasos y levantó las manos por reflejo.
—¡Mierda! ¡Esta mujer loca casi me mata! —Xiao Tian no esperaba que Yi Wenxin disparara su arma. Aunque no le disparó a él, su acción casi le provoca un ataque al corazón.
Xiao Tian se volteó y habló furioso:
—¿Estás loca? ¿Quieres matarme?
—Sí. Quiero matarte. ¿Tienes algún problema con eso? —Yi Wenxin no le tenía miedo a Xiao Tian, así que hacía lo que quería.
—¿Sabes que no puedes disparar tu arma cuando te plazca? —Xiao Tian sabía que la policía no estaba autorizada a usar el arma como quisieran.
Solo podían hacer uso de un arma en ciertas situaciones. Esa era la razón por la que Xiao Tian se enfureció cuando Yi Wenxin disparó su arma antes.
Aunque no resultó herido, aún así, era peligroso disparar el arma como le diera la gana. No solo podría herirlo a él, sino también a otros.