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Porque Lan Ruoxi dijo que quería ir a Pekín lo más rápido posible, Xiao Tian viajó a la casa de Liu Ning para contárselo a ella y a Shi Fei.
—Llegué a casa —dijo Xiao Tian después de entrar a su hogar.
—Tian'er, estamos en mi habitación —cuando Liu Ning se enteró de que Xiao Tian había vuelto a casa, inmediatamente respondió.
De hecho, Liu Ning y Shi Fei querían recibirlo, pero como todavía no podían mover sus cuerpos, siguieron quedándose en la habitación de Liu Ning.
—¿Qué? ¿Siguen en su habitación?
Cuando Xiao Tian se enteró de que Shi Fei y Liu Ning seguían en el dormitorio de Liu Ning, caminó hacia su habitación.
En ese momento, Xiao Tian no llamó a la puerta y entró directamente a su habitación. La expresión de profunda sorpresa surgió en su rostro cuando vio que Liu Ning y Shi Fei todavía llevaban la misma ropa.
—¿Por qué todavía llevan la misma ropa? ¿Todavía no se han duchado?
