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Al escuchar las palabras de Xiao Tian, Jin Yimu apretó los dientes. Aunque le costaba admitirlo, lo que Xiao Tian había dicho era cierto.
Si fuera más fuerte que Xiao Tian, sería Xiao Tian quien estaría tirado en el suelo, no él.
En este momento, Bi Yu y los demás también habían derrotado a sus oponentes. Y una vez más, se sorprendieron al saber que Xiao Tian había vencido a Jin Yimu.
—No esperaba que derrotara a Jin Yimu —Fu Jiyi, quien estaba al lado derecho de Bi Yu, habló abruptamente.
—¡Hmf! Solo es Jin Yimu. Yo también podría derrotarlo —Dado que Xiao Tian estaba lejos de ella, Bi Yu dijo lo que pensaba.
—¿Todavía estás enfadada con él? —preguntó Fu Jiyi.
En lugar de responder, Bi Yu dijo otra cosa. —No sé qué es lo que ve el líder en él.
—De hecho, yo también quiero saberlo —Fu Jiyi contestó al instante.
De hecho, todos los subordinados de Shi Fei querían saber qué había hecho que su líder se enamorara de un joven como Xiao Tian.
