Sin embargo, todo su esfuerzo fue en vano. Xiao Tian no pudo deshacerse de la lujuria en su cuerpo, porque la suavidad de sus pechos y el calor de sus manos, hicieron que la llama de la lujuria siguiera apareciendo en su cuerpo.
Cuando Xiao Tian vio su hermoso rostro y una camisón sexy, sus manos se movieron de sus pechos a sus tangas.
Pero cuando estaba a punto de meter su mano debajo de su tanga, Yun Xin Er abrió los ojos y lo miró. —Tian, no puedes hacer eso.
Sus palabras hicieron a Xiao Tian infeliz. Desde el principio hasta ahora, ella había sido tan egoísta. Ella podía hacerle cualquier cosa a él, pero él no tenía permitido hacer lo mismo. Por esa razón, Xiao Tian la ignoró y metió sus manos debajo de su tanga.
Sin embargo, antes de que Xiao Tian pudiera tocar su coño directamente, Yun Xin Er agarró sus manos y las sacó de su tanga. —Tian, no tienes permitido hacer esto.