—Hermanito, abrázame —dijo ella.
—¿Ya no quieres tocar mi cuerpo? —preguntó él con una sonrisa en su rostro mientras rodeaba su cintura con los brazos.
—Ya estoy satisfecha —respondió Yun Xin Er al instante.
—Si es así, entonces es mi turno de disfrutar tu cuerpo —dijo Xiao Tian, queriendo saber qué diría ella.
—Puedes besarme y abrazarme, pero no tienes permitido hacer nada más que eso, o de lo contrario, me enfadaré —respondió Yun Xin Er después de mirarlo durante varios segundos.
—¿No es eso injusto para mí? —Xiao Tian, fingiéndose triste, quiso apretar sus pechos. —Disfrutaste acariciando mi cuerpo antes, así que tienes que dejarme hacer lo mismo contigo.
—Ahí tienes —dijo ella después de encontrar una forma de evitarlo y besó su frente—. Te he besado, así que no pienses más en cosas sucias.
El rincón de sus labios se crispó al escuchar sus palabras. Sin embargo, no queriendo forzar las cosas, Xiao Tian decidió provocarla.