Cuando Yun Xin Er terminó de cantar una canción, uno por uno el público la elogiaba.
—Yun Xin Er, eres la mejor cantante de toda China.
—Yun Xin Er, tu actuación es perfecta.
—Yun Xin Er, eres hermosa.
—Yun Xin Er, te amo.
—Yun Xin Er, cásate conmigo.
—Yun Xin Er, eres mi vida.
Al escuchar sus palabras, Yun Xin Er guiñó su ojo izquierdo y dijo:
—Yo también los amo.
Casi todos los espectadores masculinos se llevaron las manos al pecho cuando vieron guiñar el ojo a Yun Xin Er. —Ahh, mi corazón...
Xiao Tian no pudo evitar girar la cabeza al escuchar las palabras del público masculino. La comisura de sus labios se retorcía al ver que casi todos los espectadores masculinos se llevaban las manos al pecho.
«¿Pero qué carajos están haciendo? ¿No están exagerando un poco?», pensó Xiao Tian con dificultades para creer lo que estaba viendo.
Cuando Li Wen notó la expresión en el rostro de Xiao Tian, sonrió y dijo:
