—Huft... Huft.... Huft... —Liu Ning, que estaba sentada al lado derecho de Xiao Tian, respiraba pesadamente—. Nunca pensé que lo primero que haríamos después de comprar una casa sería tener sexo en el baño y la sala de estar.
—Yo tampoco —Shi Fei tampoco nunca pensó que tendrían sexo tan pronto como compraran la casa—. Pero no me arrepiento, porque se sintió tan bien tener sexo con el hermanito.
Luego, Liu Ning miró a Xiao Tian y dijo:
—Me pregunto, ¿cómo puedes tener tanta resistencia?
—Bueno, porque entreno todos los días —Xiao Tian respondió de inmediato—. Incluso podría seguir si quieres.
—No, gracias. Ya es suficiente por hoy —Liu Ning creía que si tenía sexo con Xiao Tian de nuevo, no podría mover su cuerpo más tarde.
Incluso su coño todavía estaba adolorido porque habían tenido sexo por más de una hora. Aunque Liu Ning todavía quería sentir el placer, estaba segura de que su coño ya no podría soportarlo. Por eso decidió no tener sexo con Xiao Tian de nuevo por hoy.
