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—¿Dónde estás ahora? —preguntó Xiao Tian al levantarse inmediatamente de la silla y correr hacia su coche.
—Estoy en casa —contestó Liu Ning al instante—. Por favor, ven aquí rápido.
—No tengas miedo. Pronto estaré allí —por su voz, Xiao Tian sabía que Liu Ning estaba muy asustada.
En realidad, a Xiao Tian no le importaba ella, pero como todavía necesitaba fingir ser un buen amigo, Xiao Tian tenía que ayudarla.
—¡Liu Ning, abre la puerta! Tu esposo quiere verte. ¿Por qué has cerrado la puerta con llave? —desde el smartphone de Xiao Tian, se podía escuchar la voz de Feng Ao.
«¿Cómo salió de la cárcel? ¿Quién lo ayudó?»
Antes, Xiao Tian se había sorprendido cuando Liu Ning dijo que Feng Ao quería hacerle daño. Pensó que Feng Ao nunca saldría de prisión. Con esto, Xiao Tian tenía la intención de preguntarle después a Zhao Sheng.
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La casa de Feng Ao.
