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Como todavía quedaban treinta minutos antes de que la clase comenzara, Xiao Tian pensó que aún tenía tiempo para tomar una siesta. Con esto en mente, Xiao Tian se fue a los jardines de la universidad.
Cuando vio un largo banco de madera bajo un gran árbol, Xiao Tian decidió que dormiría en ese banco.
Sin pensarlo dos veces, Xiao Tian se tumbó de espaldas y se cubrió la cara con un libro, para que nadie reconociera que era él.
Sin embargo, cuando Xiao Tian estaba a punto de disfrutar de su siesta, de repente alguien le quitó el libro que tenía sobre la cara—Oye, Xiao Tian. ¿Por qué estás durmiendo aquí? ¿Estás faltando a clase?
Xiao Tian estaba molesto cuando alguien le interrumpió. Aún estaba agotado y quería descansar, pero alguien todavía le molestaba.
—¿Quién eres tú? ¿Cómo te atreves a interrumpirme? —Xiao Tian abrió los ojos y dijo furioso. Pero cuando notó a la persona que lo interrumpió, se sobresaltó—. ¿Zhao Sheng?! ¿Qué diablos haces aquí?
