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Después de eso, empezaron a hablar de muchas cosas. Como estaban disfrutando de su tiempo juntos, no se dieron cuenta de que habían pasado dos horas desde que llegaron al Jardín Arcoiris.
Por supuesto, Yun Xin Er seguía sentada en su regazo porque le encantaba cuando él la abrazaba mientras charlaban sobre muchas cosas. En este momento, seguía lloviendo a cántaros, y parecía que la lluvia no se detendría en aproximadamente una hora o así.
—Hermanito, tengo sueño —porque la atmósfera era perfecta para dormir, hizo que Yun Xin Er sintiera sueño. Pero si se dormía, Xiao Tian no tendría a nadie con quien hablar. Por esta razón, intentó mantenerse despierta, pero el ambiente seguía haciéndola sentir somnolienta.
