Cuando Xiao Tian y los demás llegaron a la sede de la Pandilla del León, vieron algo inesperado.
¿Qué?
La expresión de profunda conmoción floreció en sus rostros.
Les costaba creer lo que estaban viendo. Algunos de los subordinados de Xiao Tian incluso se frotaron los ojos para confirmar si sus ojos les estaban jugando una mala pasada o no.
—Oye, ¿ves lo que yo veo? —Sí. —¿Qué está pasando aquí? —No lo sé. —¿Quién los golpeó así?
Los subordinados de Xiao Tian se impactaron cuando vieron a todos los miembros de la Pandilla del León tirados en el suelo.
Sus cuerpos estaban cubiertos de sangre y moretones. No solo algunas de sus partes del cuerpo estaban rotas, algunos de ellos incluso habían muerto.
Al igual que sus subordinados, Xiao Tian también estaba sorprendido.
—¿Quién hizo esto?
Xiao Tian continuó mirando a los miembros de la Pandilla del León.
