```
Debido a que Xiao Tian no quería perder el tiempo, decidió llamar a Zhao Sheng. Xiao Tian estaba seguro de que Zhao Sheng podría ayudarlo.
—Este sonido es... —La comisura de los labios de Xiao Tian se contrajo cuando escuchó algo inesperado mientras llamaba a Zhao Sheng.
—¡Maldita sea! ¡Él realmente es algo! —Xiao Tian maldijo venenosamente en su corazón.
—Oye, Xiao Tian. ¿Por qué me llamas? —Zhao Sheng preguntó después de contestar el teléfono.
—Ah... ah... ah... ah... —los gemidos seductores de una mujer resonaron a través del smartphone de Xiao Tian.
—¡Maldita sea, Zhao Sheng! —Xiao Tian habló con enojo—. ¿Estás teniendo sexo con tu amante en este momento?
—¿De qué estás hablando? Estoy en una reunión ahora mismo —Zhao Sheng negó sin vergüenza alguna.
—Ah... ah... ah... —la mujer no intentó contener sus gemidos como si quisiera que Xiao Tian supiera que estaba teniendo sexo con Zhao Sheng.