Ya que la mayoría de los accionistas acordaron reemplazar al CEO, él no pudo cambiar la opinión de su padre.
—¿Por qué estoy teniendo tanta mala suerte últimamente?
No solamente sus dos hijos desaparecieron, sino que su posición como CEO también fue arrebatada. Era como si fuera amado por la mala suerte.
*Click…
Dos oficiales de la policía entraron de repente a la sala de reuniones.
—¿Policía? —La expresión de profunda sorpresa floreció en los rostros de Chao Chang Lan y los accionistas.
Porque Chao Yang Sheng sabía que algo así sucedería, no estaba sorprendido. Pero aún así se comportó normalmente porque sería sospechoso si mostraba una expresión de felicidad.
—Señor Chao Ming Hai, por favor acompáñenos a la estación de policía —uno de los oficiales habló mientras mostraba la orden de arresto.
Chao Chang Lan se levantó y se acercó a los oficiales de la policía.
—Oficial, ¿por qué quieren llevar a mi hijo a la estación de policía?
