Porque Xiao Tian sabía que no podía contraatacar, decidió proteger su cara.
—Este es uno de los inconvenientes de tener más de una mujer.
Xiao Tian se lanzó hacia Shi Fei y se escondió detrás de ella.
—Hermanito, no te escondas detrás de mí. Enfréntanos justamente. ¿No eres un hombre? —aunque Shi Fei lo dijo, no se movió de su sitio.
—Tian, deja de esconderte detrás de ella —añadió Ye Xueyin—. Un hombre no debería esconderse detrás de una mujer.
La comisura de los labios de Xiao Tian se retorció al escuchar sus palabras.
—Demonios. ¿Así que piensan que no soy un hombre? ¡Hmf! Ya verán lo hombre que soy.
Con esa idea en mente, Xiao Tian giró el cuerpo de Shi Fei hacia él antes de besar sus labios.
Aunque sus acciones la sorprendieron mucho, Shi Fei recibió el beso al instante. Como siempre, el beso normal se convirtió en un beso húmedo donde movían sus lenguas lascivamente y giraban sus cabezas a izquierda y derecha.
