La expresión de profunda sorpresa surgió en el rostro de Yun Xin Er. A pesar de que sabía que su madre descubriría lo que había hecho antes, no esperaba que fuera tan rápido.
—*Slap…
Tan pronto como Nalan Jiangge estuvo frente a su hija, instantáneamente le dio una bofetada en la cara.
Estaba furiosa porque Yun Xin Er había destruido su plan de ganar mucho dinero. —¡Dime qué hiciste a la familia Zi!
—¿Realmente quieres vender a tu hija por dinero? —Yun Xin Er ya no podía contener su enojo.
Cada vez que discutía con su madre, Yun Xin Er siempre hacía su mejor esfuerzo para no contraatacar. Sin embargo, su madre seguía haciendo lo que quería.
—¡Cállate! ¿Quién te enseñó a hablarle así a tu madre? —Nalan Jiangge dijo mientras señalaba con su dedo índice hacia la cara de Yun Xin Er.
—No me comportaría así si no trataras de controlar mi vida. —Yun Xin Er expresó sus sentimientos—. ¿Por qué siempre quieres vender a tu hija a gente rica? ¿No somos ya lo suficientemente ricos?