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Su comportamiento lo sorprendió mucho. Desde que la conocía, ella nunca había actuado así. Era la primera vez que la veía perder el control de esa manera —¿Qué tiene él de bueno para que no puedas olvidarlo? Incluso te enojas cuando digo cosas malas de él.
A excepción de que Xiao Tian era un mujeriego, Lin Xing Xue siempre había pensado que era un buen joven. La razón por la que lo odiaba en el pasado era porque él la engañaba a sus espaldas.
Porque Lin Xing Xue no quería pelear con Xiao Tian, pensó que sería mejor si se iba.
De otra forma, podría destruir su amistad —Señor Qing, tengo que volver a la empresa ahora. Todavía hay mucho trabajo por hacer.
—Pero todavía no has tomado tu té, ¿verdad? —Xiao Tian no esperaba que ella se fuera tan rápido—. ¿Por qué no tomas algo de té antes de irte? Estoy seguro de que a tu jefe no le importará.
Lin Xing Xue hizo una reverencia y habló —Lo siento, Señor Qing. Tengo que volver ahora.
