Todos se volvieron hacia Shu cuando escucharon a alguien caer al suelo. Sin embargo, ninguno intentó ayudarlo porque no sabían quién era.
Cuando vieron a la persona que pateó a Shu, les dieron aún menos ganas de ayudar a Shu porque no querían involucrarse en su problema.
—¡Tú! —Shu se levantó al instante.
Sus ojos estaban llenos de llamas de furia mientras miraba fijamente a Xiao Tian. No esperaba que Xiao Tian lo pateara de repente así.
Por supuesto, quería contraatacar, pero cuando pensó que Xiao Tian podría ser un artista marcial, el sentimiento de miedo surgió dentro de él.
Nunca había aprendido artes marciales, así que conocía el resultado si intentaba atacar a Xiao Tian.
—Te he dicho varias veces que te fueras pero no me escuchaste —Xiao Tian no tenía miedo al notar la llama de furia en los ojos de Shu—. No me culpes por esto. ¡Cúlpate a ti mismo!
—¿Qué pasó? —preguntó alguien.
—No lo sé. —respondió otro.
—¿Por qué están peleando? —preguntó una persona curiosa.
