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Mientras Xiao Tian y Ye Xueyin estaban dándose un beso caliente, Ye Qingyu solamente los observaba. En realidad, había adivinado que su hermana mayor le permitiría besarse apasionadamente con él.
Después de haberse dado un beso profundo con Ye Xueyin por varios segundos, Xiao Tian rompió el beso y se limpió la saliva de los labios —ya estoy saciado. Gracias por la comida. Es una pena que no pueda tener mi postre ahora.
—Ah, ¿así que me consideras un postre, eh? —Ye Qingyu habló mientras le pellizcaba las mejillas.
En lugar de defenderse, Xiao Tian solamente se rió —jeje. Definitivamente eres mi postre, porque sin ti, moriría de hambre.
—Si somos tu comida y postre, entonces ¿qué eres tú? —Ye Qingyu quería saber qué diría después de escuchar sus palabras.
—Yo soy… —Xiao Tian se tocó la barbilla por tres segundos antes de responder—. El que se va a comer a ustedes. Jeje.
