Después de que desayunaron, Xiao Tian no regresó inmediatamente a casa; en cambio, siguió pasando tiempo con Lin Xing Xue. Y porque quería estar de lo más meloso con ella, Xiao Tian agarró a Lin Xing Xue de la cintura y la colocó sobre su regazo.
Aunque Xiao Tian no pudo ver su rostro porque ella estaba de espaldas a él, igual estaba feliz. Entonces Xiao Tian agarró una manzana roja, que estaba en un plato, y le dio un mordisco.
—Como se esperaba, la manzana es una de las frutas más deliciosas.
Después de que Xiao Tian le dio un mordisco a la manzana roja, le pasó la manzana, que tenía en la mano derecha, a Lin Xing Xue —Esta manzana roja está sabrosa. ¿Pruebas?
Sin dudarlo, Lin Xing Xue le dio un mordisco a la manzana roja. Aunque sabía que Xiao Tian había mordido la manzana, no le importó.